De los expendedores de droga de la Escalón y los de la Tutunichapa

La noche del martes 6 de abril y la madrugada del miércoles, la policía antinarcóticos desarrolló un operativo, en la Colonia Escalón, que terminó con la captura de José Luis Safie, familiar del actual Fiscal General de la República, Félix Garrid Safie, que por cierto, se trató de desmentir, mediante rumores, la noche del operativo policial.

Tanto los policías como los fiscales trataron de desorientar a los periodistas al no proporcionar información o entregarla no oficialmente, y con mucha inexactitud. Hoy, casi una semana después, la policía ha dado la información precisa, que hubiéramos deseado el día de la captura. ¿Por qué no lo hizo?, seguramente porque se trata de un hombre con residencia en la Escalón y con un apellido vinculado al capital y a funcionarios de gobierno.

A menudo, los lectores y lectoras de periódicos, o televidentes, observan, muchas veces con estupefacto, cómo la policía especializada derrumba puertas a almadanazos en las viviendas de la Tutunichapa, una comunidad marginal, y acto seguido, entre los policía armados hasta los dientes, con pasamontañas, para ser más terrorífica la escena, lanzan a los ocupantes, en ropas menores al piso, debidamente esposados, ante la mirada de miedo de niños y ancianos.

Muchos de esos niños y niñas, seguramente guardan rencores contra la autoridad, sobre todo, porque luego sus padres o familiares, sirven para el entretenimiento en los noticiarios estelares o en las primeras páginas de los periódicos sensacionalistas a la hora del desayuno.

Cuando se trata de la Tutunichapa, y lugares similares, ni la DAN, ni ninguna autoridad competente oculta información, pues hasta se hace acompañar de periodistas de prensa y televisión para que hagan las mejores tomas, sobre todo espectaculares.

Esto no ocurre en la Escalón, o en zona parecida. No hay almádanas, no hay derribamiento de puertas, ni hay capturados semidesnudos lanzados al piso.

Periodísticamente, preferiríamos que ni en la Tutunichapa ni la Escalón hubiesen esas escenas, y que tanto a los capturados de una y otra zona se trataran como sospechosos, pero, sin dejar de informar, o mejor dicho, sin tratar de confundir a los periodistas, mucho menos, ocultar información. Y luego dicen que no hay “diferencia de clases” ante la justicia. Ojalá y todo esto comience a diluirse, a partir del uno de junio.

[Editorial 13/04/2009 CoLatino]