martes, 2 de junio de 2009

Una crónica de cuando la izquierda llegó al poder

En el reflejo de la ventana de un automóvil, miembros de la futura seguridad presidencial se arreglaban la corbata y hacían los últimos ajustes en su vestuario. A unos cuantos metros, dentro de su hogar, Wanda Pignato se hallaba sentada en su casa mientras le arreglaban los últimos detalles en el cabello. Junto a ella, Mauricio Funes se ponía su traje que, dentro de pocas horas, sería decorado con la Banda Presidencial. Era 1° de junio del año 2009, es decir, un día histórico en El Salvador. El día en que ARENA entregaba el poder al FMLN dándole lugar así a la izquierda salvadoreña a hacerse de la presidencia.
Durante las primeras horas de su mandato, el presidente Funes no se guardó palabras ni anduvo con rodeos. Llamó “cómplices de la corrupción” a los ex presidentes de derecha durante su discurso de inauguración, restableció relaciones con Cuba, se reunió con presidentes como Lula da Silva, Rafael Correa, Fernando Lugo y reafirmó relaciones bilaterales con Hillary Clinton y mostró la Banda Presidencial ante un estadio Cuscatlán lleno de personas y anticipación.

El presidente Mauricio Funes ganó las pasadas elecciones con un 52% de los votos, luego de varios meses de una intensa campaña política en la que sus adversarios arremetieron contra él y su familia. Como él dice, fue víctima de la campaña más sucia que se haya vivido jamás en el país. Sin embargo, también fue una campaña llena de logros políticos, ya que pudo generar confianza entre los votantes salvadoreños de que un gobierno suyo “no sería un salto al vacío” e insistió durante toda la campaña, que él y las propuestas que representaba eran aquellas del “cambio seguro”. Todo eso tendrá su oportunidad de demostrarse desde ayer, luego que Funes quedó oficializado como Presidente Constitucional de la República.

Por la mañana, visitó la tumba de Monseñor Romero. Ahí, algo conmovido, Funes explicó que Romero es su guía espiritual y que su mandato derivará de las ideas de justicia e igualdad del arzobispo asesinado por escuadrones de la muerte en marzo de 1980. La opción preferencial por los pobres que Romero creía que un gobierno debía tener será, según el primer Presidente de izquierda en el país, la principal dirección de su gobierno.

En camino hacia el acto de inauguración, la caravana que un día fue bautizada como “caravana de la esperanza” y posteriormente ascendida a “caravana de la victoria” era saludada por varios ciudadanos que salían de sus casas a recibir victoriosos al nuevo presidente. Tal vez de la misma forma que el FMLN hubiese querido conseguirlo durante el conflicto armado. Pero esta vez, el poder recaía no en un comandante guerrillero, sino en un ex periodista que iba a una toma de posesión a ser parte de ella y no a cubrirla. Un ex periodista que causó escalofríos de emoción por las espaldas de las miles de personas invitadas al anfiteatro del CIFCO cuando ingresó junto a su esposa. Los jefes de Estado de otros países aplaudían al ritmo de “¡Funes, Funes, Funes!” mientras él descendía sobre la alfombra roja. Al son de 21 cañonazos, Funes tomó protesta como Presidente de la República y alguien en el público gritó emocionado ¡Somos libres!. En el acto, le siguió Salvador Sánchez Cerén, quien desde ayer, se convirtió en Vicepresidente de la República.

Durante el discurso de inauguración, Funes se refirió por primera vez a Antonio Saca como ex presidente. Su esposa, Ana Ligia, no paró de llorar en todo el discurso en el cual Funes dijo que no cometería los errores de los gobiernos de ARENA, “cómplices de corrupción y crímenes”. La gente reaccionaba enérgicamente al discurso “sin rodeos” del presidente Funes quien, a su vez, recriminó la desigualdad en el país y anunció una revolución ética, pacífica y democrática que brindará a su gobierno un carácter progresista. Para Funes, las voluntades de los pueblos latinoamericanos han demostrado que “los valores del progresismo no murieron ni morirán jamás” y, como evidencia, será su forma de gobernar. Mientras, Gabriel, su hijo de sólo un par de años de edad, se había soltado de los brazos de su madre y jugaba con una de sus familiares al momento que miles de personas escuchaban el discurso, unas emocionadas, otras indignadas. Hillary Clinton escuchaba cómo Funes elogiaba a Obama; Lula, cómo Funes confesaba la influencia de la administración brasileña en su persona. Luego del discurso, el primero pronunciado como presidente y, sin lugar a dudas, el más vehemente que haya dicho jamás, el presidente, la primera dama y su hijo Gabriel salían saludando a los presentes.

Inmediatamente se dirigió a Casa Presidencial, donde juramentó a sus ministros. La mayoría vestía de corbata roja y era prácticamente desconocida por el personal de CAPRES. Funes pidió a sus ministros que levantaran su mano derecha para tomar protesta y luego pasaban a firmar el libro de actas en el que quedaban oficializados como jefes de distintas carteras del Estado. Luego pasaron a una reunión del Consejo de Ministros y el personal de seguridad CAPRES llevó a la puerta el vehículo oficial del Estado, un Mercedes Benz con placas 001. No obstante, Funes se movilizaría en su vehículo propio y las riñas y discusiones entre su seguridad personal y los que cuidaban a Saca no harían falta.

Durante el banquete presidencial en los jardines de CAPRES se encontraban varios personajes: desde Nidia Díaz y la Nobel guatemalteca Rigoberto Menchú, hasta el empresario Roberto Murray Meza y el presentador de televisión Jorge Hernández. Todos escuchaban la manera en que arreglos de El Sombrero Azul -de Alí Primera- y Todo cambia- de Mercedes Sosa- sonaban por primera vez en Casa Presidencial de El Salvador. Esto y más sorprendían a los empleados de CAPRES, quienes confesaron que nunca antes les habían dejado participar ni comer durante un banquete presidencial, ya que las pasadas administraciones se lo prohibían, según comunicó un miembro del equipo de comunicaciones de la presidencia.

A las 4:15 p.m. de la tarde, el presidente Funes y el canciller Hugo Martínez reestablecieron relaciones con Cuba, con la presencia del Vicecanciller cubano, Alejandro González y el Vicepresidente de la isla socialista, Alfredo Lazo. Todos recordaron la ayuda que Cuba ha brindado a El Salvador en materia de salud y Lazo confesó que ese día “recibí, en pocas horas, muchas emociones” por la oportunidad de alcanzar “una América Latina unida y emancipada”. El presidente salvadoreño, por su parte, consideró que es una lástima y un error histórico haber roto relaciones con Cuba en el año de 1962. “Afortunadamente”, dijo Funes, “los pasados gobiernos no atendieron al llamado de Cuba y puedo decir que fue durante mi presidencia que se reestablecieron las relaciones diplomáticas con Cuba”.

Luego, en un gran contraste, se cambiaron el pabellón cubano por varias banderas de barras y estrellas. El gobernante salvadoreño Mauricio Funes y la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, conversaron por largo rato y reafirmaron la voluntad del gobierno de Funes y Obama para cooperar en proponer “soluciones comunes para retos comunes”, como lo expresó Clinton, quien llegó vestida de rojo y custodiada por agentes de servicio secreto norteamericano.

Funes dijo que entablarían “una guerra contra algo tan grave como el terrorismo y el crimen organizado: la pobreza”, algo que respaldó la jefe de la diplomacia estadounidense y enviada de presidente Barack Obama. A su vez, Clinton invitó a Funes a reunirse con Obama en cuanto tuviera espacio en la agenda.

Lejos de ahí, las miles de personas congregadas en el Estadio Cuscatlán aclamaban al Presidente que, en señal de agradecimiento, llevó la Banda Presidencial para mostrarla a los miles de espectadores vestidos de rojo. A su lado, se encontraban los presidentes Rafael Correa de Ecuador, Daniel Ortega de Nicaragua, Mohamed Andel Aziz de la República Árabe Saharahui Democrática, así como el Vicepresidente cubano Alfredo Lazo y el canciller venezolano Nicolás Maduro.

Felicitaron al “heroico pueblo salvadoreño” y llevaron mensajes de los mandatarios Fidel Castro y Hugo Chávez. El presidente Funes señaló que “por primera vez, El Salvador tiene un gobierno democrático, solidario y justo”.

Luego, en su hogar, la primera dama Wanda Pignato jugaba con Gabriel y el presidente Funes sonreía arreglándose la corbata. “Nos vemos en el cóctel”, decía, como satisfecho del día que acababa de pasar y que sería el primero de sus cinco años de gobierno. Un gobierno histórico y sin precedentes en el país.

Luis Romero Pineda
[Diario Co Latino]

2 comentarios:

Anónimo dijo...

EY MIRA VOS, YA VISTE EN EL DIARIO DE ALTAMIRANO LA CARTA QUE EL PERRO DE CRISTIANI ESTA ENVIANDO POR EL DISCURSO DE NUESTRO PRESIDENTE? ESTA ARDIDO VA VOS?
"EL SALVADOR SERA LA TUMBA DONDE LOS PERROS ARENARCOS TERMINARAN..." JAJAJAJAJA SIENTAN EL ACIDO PERROS ARENEROS SE LES LLEGO LA HORA, CRISTIANI MALDITO MEJOR ANDATE PARA AFRICA PORQUE AQUI POR JIUSTO YA NO VAS A TENER DONDE ESCONDERTE Y VOS EMILIO PONCE SOCALA PAPA PORQUE TE VAMOS A ENCONTRAR....

FELICIDADES SENOR PRESIDENTE MAURICIO FUNES HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!!!!!!!

Anónimo dijo...

estoy muy de acuerdo mejor que los ARENEROS se pongan a trabajar ya dejen de criticar la verdad duele no lloren al igual que el diario de hoy basura de periodico no compren el diario hahahaah FELICITACIONES PRESIDENTE MAURICIO FUNES