[ Dagoberto Gutiérrez ]
Mucha polvareda de las derechas levantó la visita de Mauricio Funes a Venezuela, esta era, en realidad, una cuenta pendiente del candidato y la realidad, pesada como es, aceleró esta relación con Caracas.
El escándalo de derechas ignora o parece olvidar que fueron sus aparatos los que instalaron a Hugo Chávez en la mesa de noche, en el dormitorio, en la biblioteca, en el corredor, en la mesa, en la silla y en el horcón de la casa de todos los y las salvadoreñas.
ARENA basó su campaña electoral en la manipulación de la figura de Hugo Chávez, de modo que día tras día, hora tras hora su mensaje, su figura y la Revolución Venezolana se presentó como una amenaza a la democracia de las derechas salvadoreñas, así las cosas, se convirtió el presidente Chávez en el personaje mas familiar en El Salvador y sobre la base del razonamiento sencillo según el cual el enemigo de mi enemigo puede ser mi amigo, el pueblo descubrió que aquel personaje, presentado por las derechas en realidad era una persona que en Venezuela estaba trabajando con, por y para el pueblo de ese país.
Si la derecha esperaba un resultado adverso a la candidatura de Mauricio Funes se equivocó y, ahora resulta que la presencia de Hugo Chávez se vuelve imprescindible en la toma de posesión del nuevo presidente. En cierto modo su presencia resulta mas importante que cualquier delegado del gobierno Estadounidense, en primer lugar porque se necesita rubricar la derrota de la campaña antiChávez con la presencia de Chávez en el país, para decirle al pueblo que platicar con el presidente Chávez, al que tanto odian y temen las derechas locales, es un efecto de la victoria del 15 de marzo; pero además, el nuevo gobierno necesita establecer bien el área de sus amigos y de sus enemigos.
Es cierto que un país como nosotros no se puede dar el lujo de tener enemigos; pero ocurre que estos, tus enemigos, te definen mas que tus amigos y son lo que dicen, en definitiva, quien sos vos, que estas haciendo y para quien estas gobernando y además, una política gubernamental en beneficio de las mayorías no resulta agradable ni simpática para las minorías que han perdido poder político y aquí tenés a la confrontación inevitable, necesaria y futura base de toda posible concertación.
Ya se sabe abundantemente que el imperio estadounidense padece de graves enfermedades estomacales y cerebrales que son, ciertamente temporales, pero que le impiden, hoy por hoy usar el dólar como influencia política y aunque la relación con Estados Unidos es muy importante, el país necesitará moverse en las aguas internacionales mas multicolores que podamos imaginar, evitando siempre la práctica de sudar calenturas ajenas.
Washington tiene razones imperiales para sus problemas con la Revolución Venezolana, pero nosotros como país no los tenemos ni los podemos tener y sin duda, más allá de toda consideración ideológica conviene enamorarse de consideraciones políticas frías para determinar los amigos del proceso salvadoreño, los aliados del mismo y las relaciones amistosas o inamistosas.
Hugo Chávez es un amigo de este proceso, en la misma medida que el pueblo salvadoreño apoya a la Revolución Venezolana y a su líder. Que duda cabe que la reunión de Hugo Chávez y Mauricio Funes signa la naturaleza del proceso político salvadoreño, muestra el peso infranqueable de la realidad y las posibilidades abiertas para afianzar las amistades, reducir las enemistades y hacer amigos de los enemigos ajenos.
Las relaciones entre El Salvador y Venezuela resultan necesarias y en el tema del petróleo, establece la posibilidad de adoptar las medidas políticas, económicas y estructurales para reducir o librarse de la dependencia absoluta de este combustible.
Hugo Chávez estará en su casa cuando visite el país, pero ahora en una marejada social de victoria y en un momento de boda entre el entusiasmo por el nuevo gobierno y la responsabilidad para hacer de este gobierno un ejercicio de poder popular. Resulta buena hora para escuchar a una voz que ha enfrentado, con éxito, al poder imperial más perverso de la historia.
Mucha polvareda de las derechas levantó la visita de Mauricio Funes a Venezuela, esta era, en realidad, una cuenta pendiente del candidato y la realidad, pesada como es, aceleró esta relación con Caracas.
El escándalo de derechas ignora o parece olvidar que fueron sus aparatos los que instalaron a Hugo Chávez en la mesa de noche, en el dormitorio, en la biblioteca, en el corredor, en la mesa, en la silla y en el horcón de la casa de todos los y las salvadoreñas.
ARENA basó su campaña electoral en la manipulación de la figura de Hugo Chávez, de modo que día tras día, hora tras hora su mensaje, su figura y la Revolución Venezolana se presentó como una amenaza a la democracia de las derechas salvadoreñas, así las cosas, se convirtió el presidente Chávez en el personaje mas familiar en El Salvador y sobre la base del razonamiento sencillo según el cual el enemigo de mi enemigo puede ser mi amigo, el pueblo descubrió que aquel personaje, presentado por las derechas en realidad era una persona que en Venezuela estaba trabajando con, por y para el pueblo de ese país.
Si la derecha esperaba un resultado adverso a la candidatura de Mauricio Funes se equivocó y, ahora resulta que la presencia de Hugo Chávez se vuelve imprescindible en la toma de posesión del nuevo presidente. En cierto modo su presencia resulta mas importante que cualquier delegado del gobierno Estadounidense, en primer lugar porque se necesita rubricar la derrota de la campaña antiChávez con la presencia de Chávez en el país, para decirle al pueblo que platicar con el presidente Chávez, al que tanto odian y temen las derechas locales, es un efecto de la victoria del 15 de marzo; pero además, el nuevo gobierno necesita establecer bien el área de sus amigos y de sus enemigos.
Es cierto que un país como nosotros no se puede dar el lujo de tener enemigos; pero ocurre que estos, tus enemigos, te definen mas que tus amigos y son lo que dicen, en definitiva, quien sos vos, que estas haciendo y para quien estas gobernando y además, una política gubernamental en beneficio de las mayorías no resulta agradable ni simpática para las minorías que han perdido poder político y aquí tenés a la confrontación inevitable, necesaria y futura base de toda posible concertación.
Ya se sabe abundantemente que el imperio estadounidense padece de graves enfermedades estomacales y cerebrales que son, ciertamente temporales, pero que le impiden, hoy por hoy usar el dólar como influencia política y aunque la relación con Estados Unidos es muy importante, el país necesitará moverse en las aguas internacionales mas multicolores que podamos imaginar, evitando siempre la práctica de sudar calenturas ajenas.
Washington tiene razones imperiales para sus problemas con la Revolución Venezolana, pero nosotros como país no los tenemos ni los podemos tener y sin duda, más allá de toda consideración ideológica conviene enamorarse de consideraciones políticas frías para determinar los amigos del proceso salvadoreño, los aliados del mismo y las relaciones amistosas o inamistosas.
Hugo Chávez es un amigo de este proceso, en la misma medida que el pueblo salvadoreño apoya a la Revolución Venezolana y a su líder. Que duda cabe que la reunión de Hugo Chávez y Mauricio Funes signa la naturaleza del proceso político salvadoreño, muestra el peso infranqueable de la realidad y las posibilidades abiertas para afianzar las amistades, reducir las enemistades y hacer amigos de los enemigos ajenos.
Las relaciones entre El Salvador y Venezuela resultan necesarias y en el tema del petróleo, establece la posibilidad de adoptar las medidas políticas, económicas y estructurales para reducir o librarse de la dependencia absoluta de este combustible.
Hugo Chávez estará en su casa cuando visite el país, pero ahora en una marejada social de victoria y en un momento de boda entre el entusiasmo por el nuevo gobierno y la responsabilidad para hacer de este gobierno un ejercicio de poder popular. Resulta buena hora para escuchar a una voz que ha enfrentado, con éxito, al poder imperial más perverso de la historia.
3 comentarios:
Con rivales asi esta chiche de ganar,si ellos solos se agarran a darse palos en la cabeza. En la campana,habian tres candidatos corriendo por la presidencia,todos eran publicitados publicamente por el mismo partido. De tanto mencionarlo,que terminaron levantando la curiosidad de la gente y al final,ya vieron el resultado.
por gusto parece que mauricio funes no tiene tanta simpatia con chavez, una cosa es mauricio funes y otra el FMLN, para la proxima el FMLN deberia llevar un candidato fiel, nacido en el partido
Anónimo dijo...
por gusto parece que mauricio funes no tiene tanta simpatia con chavez, una cosa es mauricio funes y otra el FMLN, para la proxima el FMLN deberia llevar un candidato fiel, nacido en el partido
26 de mayo de 2009 13:18....
y pasa con eso ahh?
que pasa que mi presidente tenga en mente otras directrices?
y quien te a dicho que no le interesa que chaves este en su agenda?
mira si no sabes mejor no opines bobadas!
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