Hoy día se habla y se escribe mucho sobre libertad de expresión y libertad de prensa. Los periodistas occidentales (entiéndase propietarios de grandes medios) tienen como modelo de legislación la famosa Primera Enmienda en la Constitución de Estados Unidos, la cual reza que "El Congreso no restringirá la libertad de expresión o de la prensa…". En El Salvador, la Constitución de la República en su Artículo 6, vela también por el derecho de expresión y difusión libre del pensamiento "siempre que no subvierta el orden público, ni lesione la moral, el honor, ni la vida privada de los demás".
Otros conceptos que se aducen son: responsabilidad social de la prensa, "como una posible base para un sistema de ética periodística", según el profesor emérito de periodismo, Eugene Goodwin; también se habla de imparcialidad y objetividad científica de la noticia, haciendo un parangón forzado con las ciencias naturales, a pesar de que noticia y verdad no siempre son lo mismo; se parlotea además sobre precisión y honestidad, como si el oficio de periodista o propietario de medio fuera una especie de crisol social libre de impurezas.
Esos grandes industriales de la información hacen uso de pequeños ejércitos de maquileros, que por lo general son jovencitas y jovencitos honestos y románticos pero ungidos de arrogancia, que se han creído fervorosamente aquel viejo cuento del cuarto poder. Estos muchachos y estas muchachas por lo general mal pagados, reportean con y para el lenguaje que a su medio le interesa, y escriben -los que pueden hacerlo medianamente- con la mitad de las mil palabras que decía Kapuscinski y con el sesgo propio de sus patronos. Por ejemplo: en estos días que explotó la bulla de las FARC y las famosas computadoras de Reyes, algunos medios nacionales calificaban al periódico español que publicó la primicia, con el adjetivo de "prestigioso", en el uso subliminal del lenguaje escrito y con la dolosa pretensión de convencer al lector de que si lo había dicho El País de España, seguramente era verdad. Aunque ya sabemos que el papel –sobre todo el periódico- aguanta con todo, porque el periodismo podrá padecer de ignorancia pero nunca de inocencia, mucho menos cuando la libertad de prensa se confunde con la libertad de empresa, fusión o fundición que rompe siempre el cordón de la ética por el punto más gastado.
¿Cómo en El Salvador entonces, podemos hablar de libertad de prensa, o de prensa con responsabilidad social, si no existe una ley de derecho a la información tan necesaria en el desarrollo de nuestra democracia?, ¿Cómo puede haber parangón con el periodismo norteamericano, si los gringos aprobaron dicha ley desde 1967 y aquí apenas tenemos un borrador?; ¿Cómo podemos hablar de periodismo responsable, si algunos medios recurrentemente hacen uso y abuso de los juicios paralelos, juzgando prematuramente a las personas, lo cual contradice la palabra de la Constitución en su Artículo 6 que ya he mencionado?. Por lo tanto, el juicio paralelo podría tipificarse como delito puesto que atenta contra la moral y el honor de las personas afectadas.
No hay que confundir entonces desarrollo periodístico con desarrollo mediático. El periodismo de antes era más intelectual que el de hogaño, y los modelos eran por ejemplo Mariano José de Larra, Juan Montalvo y por supuesto José Martí; en El Salvador recordamos a Román Mayorga Rivas, Alberto Masferrer, José María Peralta Lagos e Italo López Vallecillos, sólo para anotar algunos prominentes. Es decir, el verdadero periodismo siempre estuvo más cerca de la literatura que de ninguna otra expresión. Por el contrario, lo mediático tiene que ver mayormente con la publicidad y la propaganda desprovistas ambas de rigor epistemológico (light le dicen ahora), por lo cual lo mediático tiende a volverse sesgado y superficial. Por ello no es extraño que recientemente la Asociación de Medios Publicitarios de El Salvador, haya sido la que salió en defensa de su libertad de expresión, en una diatriba contra el candidato del FMLN, Mauricio Funes, por su relación distanciada con algunos medios con fama de instigar magnicidios, rasgándose las vestiduras más por lo mediático que por lo periodístico.
No obstante, si algo bueno hay que decir del actual periodismo en El Salvador, es la diversidad de medios alternativos que están surgiendo en el espectro de las ofertas informativas, lo cual le imprime fortaleza al desarrollo periodístico a través de estos nuevos espacios de opinión, reflexión y debate, que aún siendo por la Internet (tan elitista todavía), gozan de buena cantidad de lectores: El Faro, Raíces y ContraPunto, para mencionar las principales. Además, otra bondad del actual periodismo salvadoreño, es que tenemos circulando todos los días al diario más antiguo de Centro América, el Diario Co Latino, que antes fuera Diario Latino, sobre el cual debo decir primeramente que sigue siendo el decano no sólo por su antigüedad (118 años), sino también y principalmente por su esfuerzo de no sucumbir y por su consecuencia en el oficio.
En esta diversidad a la que aludo, también la televisión está ejercitando espacios novedosos de debate periodístico, como por ejemplo el programa de Nacho Castillo en canal 33, en el cual todos los jueves por la noche tiene un panel de periodistas de distintos medios y tendencias, que debaten, refutan y reflexionan sobre temas de interés nacional e internacional.
Sin embargo, la realidad es que hoy por hoy, la mayor parte de la población continúa influenciada (léase enajenada) por los grandes medios de comunicación que inundan nuestro país con sus periódicos y sus frecuencias, con sus chicas bonitas balbuceando a puras penas las noticias que a medias difunden los canales de TV, y qué decir de sus páginas con chismes de los artistas famosos o de sus revistas de papel cuché rebosantes de publicidad en el fomento de la visión mercantilista que tienen del mundo. Aunque a decir verdad, la gran mara compra esos diarios (léase los consigue), primeramente para buscar empleo y luego para revisar la cartelera de los cines, leer los comics y enterarse del horóscopo para ver cómo andará el día; algunos ociosos más intelectuales resuelven los crucigramas o la sopa de letras, y los más pobres de los más pobres cortan sus páginas en cuatro y las ensartan en un gancho del retrete.
Lo demás, amigas, amigos, es utopía, esperanza e ilusión por un periodismo de mayor altura y cultura en nuestro país. Hace cuarenta y cuatro años (1964), la Editorial Universitaria publicó la primera edición de “El Periodismo en El Salvador” de Italo López Vallecillos, y hasta la fecha ningún escritor, investigador ni periodista, ha tenido la certeza de continuar en la factura del documento que realmente es una obra abierta, un libro para seguir haciéndolo.
Sería bueno que la APES, por ejemplo, en alianza con alguna universidad, retomaran la obra de Italo para continuarla a través de un proyecto a mediano plazo, porque periodismo no sólo es decir la noticia, periodismo es básicamente conservar la memoria, aunque sobre eso los salvadoreños padecemos de amnesia crónica o alzhéimer prematuro, según sea el tipo de olvido, ya sea por falta de mnemotecnia o por senectud inducida ¡Abur!
Miguel Ángel Chinchilla Amaya
[ver original]
Otros conceptos que se aducen son: responsabilidad social de la prensa, "como una posible base para un sistema de ética periodística", según el profesor emérito de periodismo, Eugene Goodwin; también se habla de imparcialidad y objetividad científica de la noticia, haciendo un parangón forzado con las ciencias naturales, a pesar de que noticia y verdad no siempre son lo mismo; se parlotea además sobre precisión y honestidad, como si el oficio de periodista o propietario de medio fuera una especie de crisol social libre de impurezas.
Esos grandes industriales de la información hacen uso de pequeños ejércitos de maquileros, que por lo general son jovencitas y jovencitos honestos y románticos pero ungidos de arrogancia, que se han creído fervorosamente aquel viejo cuento del cuarto poder. Estos muchachos y estas muchachas por lo general mal pagados, reportean con y para el lenguaje que a su medio le interesa, y escriben -los que pueden hacerlo medianamente- con la mitad de las mil palabras que decía Kapuscinski y con el sesgo propio de sus patronos. Por ejemplo: en estos días que explotó la bulla de las FARC y las famosas computadoras de Reyes, algunos medios nacionales calificaban al periódico español que publicó la primicia, con el adjetivo de "prestigioso", en el uso subliminal del lenguaje escrito y con la dolosa pretensión de convencer al lector de que si lo había dicho El País de España, seguramente era verdad. Aunque ya sabemos que el papel –sobre todo el periódico- aguanta con todo, porque el periodismo podrá padecer de ignorancia pero nunca de inocencia, mucho menos cuando la libertad de prensa se confunde con la libertad de empresa, fusión o fundición que rompe siempre el cordón de la ética por el punto más gastado.
¿Cómo en El Salvador entonces, podemos hablar de libertad de prensa, o de prensa con responsabilidad social, si no existe una ley de derecho a la información tan necesaria en el desarrollo de nuestra democracia?, ¿Cómo puede haber parangón con el periodismo norteamericano, si los gringos aprobaron dicha ley desde 1967 y aquí apenas tenemos un borrador?; ¿Cómo podemos hablar de periodismo responsable, si algunos medios recurrentemente hacen uso y abuso de los juicios paralelos, juzgando prematuramente a las personas, lo cual contradice la palabra de la Constitución en su Artículo 6 que ya he mencionado?. Por lo tanto, el juicio paralelo podría tipificarse como delito puesto que atenta contra la moral y el honor de las personas afectadas.
No hay que confundir entonces desarrollo periodístico con desarrollo mediático. El periodismo de antes era más intelectual que el de hogaño, y los modelos eran por ejemplo Mariano José de Larra, Juan Montalvo y por supuesto José Martí; en El Salvador recordamos a Román Mayorga Rivas, Alberto Masferrer, José María Peralta Lagos e Italo López Vallecillos, sólo para anotar algunos prominentes. Es decir, el verdadero periodismo siempre estuvo más cerca de la literatura que de ninguna otra expresión. Por el contrario, lo mediático tiene que ver mayormente con la publicidad y la propaganda desprovistas ambas de rigor epistemológico (light le dicen ahora), por lo cual lo mediático tiende a volverse sesgado y superficial. Por ello no es extraño que recientemente la Asociación de Medios Publicitarios de El Salvador, haya sido la que salió en defensa de su libertad de expresión, en una diatriba contra el candidato del FMLN, Mauricio Funes, por su relación distanciada con algunos medios con fama de instigar magnicidios, rasgándose las vestiduras más por lo mediático que por lo periodístico.
No obstante, si algo bueno hay que decir del actual periodismo en El Salvador, es la diversidad de medios alternativos que están surgiendo en el espectro de las ofertas informativas, lo cual le imprime fortaleza al desarrollo periodístico a través de estos nuevos espacios de opinión, reflexión y debate, que aún siendo por la Internet (tan elitista todavía), gozan de buena cantidad de lectores: El Faro, Raíces y ContraPunto, para mencionar las principales. Además, otra bondad del actual periodismo salvadoreño, es que tenemos circulando todos los días al diario más antiguo de Centro América, el Diario Co Latino, que antes fuera Diario Latino, sobre el cual debo decir primeramente que sigue siendo el decano no sólo por su antigüedad (118 años), sino también y principalmente por su esfuerzo de no sucumbir y por su consecuencia en el oficio.
En esta diversidad a la que aludo, también la televisión está ejercitando espacios novedosos de debate periodístico, como por ejemplo el programa de Nacho Castillo en canal 33, en el cual todos los jueves por la noche tiene un panel de periodistas de distintos medios y tendencias, que debaten, refutan y reflexionan sobre temas de interés nacional e internacional.
Sin embargo, la realidad es que hoy por hoy, la mayor parte de la población continúa influenciada (léase enajenada) por los grandes medios de comunicación que inundan nuestro país con sus periódicos y sus frecuencias, con sus chicas bonitas balbuceando a puras penas las noticias que a medias difunden los canales de TV, y qué decir de sus páginas con chismes de los artistas famosos o de sus revistas de papel cuché rebosantes de publicidad en el fomento de la visión mercantilista que tienen del mundo. Aunque a decir verdad, la gran mara compra esos diarios (léase los consigue), primeramente para buscar empleo y luego para revisar la cartelera de los cines, leer los comics y enterarse del horóscopo para ver cómo andará el día; algunos ociosos más intelectuales resuelven los crucigramas o la sopa de letras, y los más pobres de los más pobres cortan sus páginas en cuatro y las ensartan en un gancho del retrete.
Lo demás, amigas, amigos, es utopía, esperanza e ilusión por un periodismo de mayor altura y cultura en nuestro país. Hace cuarenta y cuatro años (1964), la Editorial Universitaria publicó la primera edición de “El Periodismo en El Salvador” de Italo López Vallecillos, y hasta la fecha ningún escritor, investigador ni periodista, ha tenido la certeza de continuar en la factura del documento que realmente es una obra abierta, un libro para seguir haciéndolo.
Sería bueno que la APES, por ejemplo, en alianza con alguna universidad, retomaran la obra de Italo para continuarla a través de un proyecto a mediano plazo, porque periodismo no sólo es decir la noticia, periodismo es básicamente conservar la memoria, aunque sobre eso los salvadoreños padecemos de amnesia crónica o alzhéimer prematuro, según sea el tipo de olvido, ya sea por falta de mnemotecnia o por senectud inducida ¡Abur!
Miguel Ángel Chinchilla Amaya
[ver original]
3 comentarios:
Hola... soy un hermano lejano (vivo en suecia) a quien le gusta mantenerse informado de los sucesos de nuestro pais (El Salvador).... primeramente quisiera agradecer a gente como uds en rojosrojos por mantener abierto este foro informativo... habiendo dicho esto prosigo con mi inquietud, ud meciona un programa televisivo conducido por Nacho Castillo en el articulo, al mismo tiempo he visto todos los videos publicados en la pagina (lo cual me ha llevado hasta derramar un par de lagrimas de anhelo viendo que al fin el cambio esta cercano) ahora.. mi pregunta es la siguiente, quisiera saber si alguien de uds podria mantenernos (a la gente que les visita, mas que nada desde el extrangero) al dia con programas como el mencionado? o diciendolo de otro modo, podrian uds y perdonando si esto les causase molestias grabar y publicar (como ya lo hacen) este y otro tipo de material (videos) relacionados...
Este hermano lejano pide de antemano disculpas por un lenguaje muchas veces limitados debido a causas naturales (llevo 20 años por aca)... Y desea que nuestro futuro presidente lleve el nombre de Mauricio Funes y que porte su nuevo cargo como ha portado los diferentes proyectos que ha realizado, con transparencia y honestidad...
Hasta la victoria siempre!!
Aunque es un poco difícil lograr grabar todos los programas, vamos a coordinarnos para empezara a llevar a cabo esa tarea.
Solo mantenete atento a las publicaciones que vamos a hacer en este blog, ya que tenemos en mente mostrar más entrevistas de interés.
Muchisimas gracias por el arduo trabajo que hacen para mantenernos informados. Esto es mas que oro para los hermanos lejanos que anhelamos el cambio para poder regresar y aportar con nuestros nuevos conocimientos, primeramente para reconstruir un pais que ha sido explotado por el partido gobernante en tantas decadas.
Creanme que su trabajo es muy muy valioso y se agradece.
Publicar un comentario