Se puede derrotar la simulación y la mentira de la derecha

Licda. Norma Guevara de Ramirios

Como nunca la derecha arenera tiene claridad de que la mayoría de la gente quiere un cambio de gobierno, cambio que ellos son incapaces de dar; como nunca antes las muestras de cariño de la gente a Mauricio Funes y la confianza en la capacidad de gobernar del FMLN son evidentes: en la calle, en los hogares, en la respuesta a cualquier encuestador, en los diálogos que se dan en los buses, las tiendas y los mercados, en los pasillos de las oficinas de gobierno y de las fábricas, el cambio se siente, se comunica de mil maneras; pero frente a tan elocuente manifestación de la ciudadanía, la derecha, pareciera recubierta con cuero de cocodrilo, disimulan y empujan una campaña de mentira, de simulación con el propósito de confundir y hacer creer que se reponen del desprecio popular.

¿Qué esperan? ¿Qué la gente les crea que ellos son el cambio? Esta vez ese ejercicio de simulación y mentira, expresión de una cultura de estafa y vanidad, está siendo y será derrotada definitivamente.

Será derrotada por la gente; porque la propaganda carece de poder para cambiar la realidad. Ese resultado es cosecha de su propia política, y por otro lado, es fruto de una visión del FMLN de pegarse profundamente al sentimiento popular. Les guste o no, es inmensamente superior la convicción popular de respaldar a Mauricio Funes, a Salvador Sánchez Cerén y al FMLN, aunque traten de maquillar encuestas y presentar como noticias nacionales la propaganda del candidato y el partido de la derecha.

Meses atrás, militantes vergonzantes de la derecha que navegan con tarjeta de independientes, analizaban con crudeza el estado deplorable que la disputa por candidatura le dejaba a ese partido; le exhortaban a unirse para presentar una batalla más pareja, le daban en público un sin fin de consejos y empezaron a tejer la imagen demoníaca del FMLN, la idea falsa de un Mauricio distante del FMLN, de supuestas relaciones terribles y peligrosas del Frente con todos los “malos del mundo”, todo eso es ofensivo para una auténtica postura de profesionales de mundo, informados y con cabeza apta para el análisis.

Pero la cara de susto es un servicio a la estrategia de simular miedo para contagiarlo -según ellos- al pueblo sencillo. Esa maquinaria de simulación está siendo derrotada, sin duda seguirán produciendo más de lo mismo, pero el efecto, ellos mismos lo conocen, muy poco les produce.

Las encuestas de opinión vinculadas a los principales medios de la derecha son uno de los recursos que tienen para su estrategia político sicológica de mentira y simulación; pero ya no es más un campo exclusivo de ellos, existen instituciones serias que difícilmente hipotecarán su prestigio e independencia para situarse a la par de las encuestas tipo “mentiroskis”. El colmo es que siempre alguna parte les queda mal maquillada y al presentar la noticia de que la percepción de la ciudadanía es que el partido en el gobierno ganará las elecciones presidenciales, se les olvidó cambiar otra parte y es que en ese mismo periódico, y sobre esa misma encuesta, se afirma que más del 50% de la gente quiere cambio de partido en el gobierno. ¿Cómo pueden creer que la gente quiere cambio de partido, afirma que votará por el FMLN, prefiere a Mauricio y luego cree que va a ganar arena?

Hay una hora para cada cosa, pero ésta, afortunadamente, no es hora de aceptar la mentira. La caravana de la esperanza lo demuestra donde quiera que llega. Son millares de hombres y mujeres, jóvenes y adultos, empresarios y trabajadores, los que se movilizan para encontrarse con Mauricio, a dar su abrazo fraterno, a reafirmarle su apoyo, esto que ocurre todos los días a lo largo y ancho del país está ausente de los noticieros pero está presente en la realidad. Este contacto directo del FMLN y sus candidatos es el antídoto a la simulación, a la mentira y a la guerra sicológica, es la cura de toda intención fraudulenta.

Con alegría, sin temor, con seguridad sigamos avanzando y manifestando nuestra certeza del cambio seguro, el que nace de nosotros, del pueblo para iniciar la solución al alto costo de la vida, el desempleo, la inseguridad y recuperar el valor de nuestra Constitución, iniciar pues, una nueva era para nuestra patria.