Ávila la ve venir...

Redacción ContraPunto

SAN SALVADOR - Rodrigo Ávila, candidato a la presidencia por la oficialista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), a todas luces ve venir la derrota que su poderoso partido podría sufrir en las elecciones venideras, las del 18 de enero para alcaldes y diputados, así como las del 15 de marzo, las presidenciales.

A juzgar por las encuestas y por el sentir generalizado de cambio en El Salvador, este 2009 será el año en que el conservadurismo será barrido electoralmente por un izquierdismo moderado que ha encabezado el candidato presidencial del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, quien se esta convirtiendo cada vez más en un líder nacional.

Ávila ha tenido que bajar del peldaño “duro” de una derecha prepotente como ARENA, vencedora consecutivamente en elecciones presidenciales contra el FMLN, y llamó a sus partidarios “unir esfuerzos” para revertir la tendencia vista en las encuestas y que le dan una ventaja grande al FMLN.

“A estas alturas un descalabro muy grande tendría que ocurrir en la izquierda para variar la balanza”, dijo un analista local, pero el candidato derechista dijo en un mitin en Sonsonate que “convencerá a 10 personas más cada día para que voten por su partido”. ¿Podrá hacerlo? (Jua! Jua! Jua! Risa Saramago)

“Ustedes deben de hacer un trabajo de hormigas para convencer cada día a 10 personas para que voten por ARENA y con ello aseguraremos el quinto período presidencial”, exhortó Ávila (Jua! Jua! Jua! Risa Saramago otra vez) a sus correligionarios, lo que nunca se vio haciendo a los ex presidente Armando Calderón Sol; Francisco Flores, ni menos a Elías Antonio Saca, quien derrotó ampliamente ex dirigente histórico ya fallecido Schafik Handal en 2004.

Pero las circunstancias actuales son otras. El FMLN, a diferencia de ARENA, escogió a un buen candidato; el FMLN está unido y a presentado un rostro moderado; la izquierda está representando las ansias de cambio de la población, golpeada por la crisis económica y por la violencia criminal, a lo que ARENA, pese a su discurso demagógico, hizo muy poco caso.

ARENA, según analistas, tuvo dos graves errores en este contienda respecto a sus candidatos simbólicos.

En primer lugar: escogió a Norman Quijano, un diputado reconocido como ultraconservador, como candidato a Alcalde de San Salvador, cuando en la capital lo que predomina es una clase media de tendencia mayoritariamente de izquierda moderada. En este caso las encuestas conocidas reflejaron la realidad: la reelección de la actual alcaldesa Violeta Menjívar, pero a los cuestionamientos que se han hecho a su gestión por ineficiencias en los servicios municipales.
En segundo lugar: escoger a Rodrigo Ávila, en momentos en que era director de policía, fue grave, dado que la seguridad pública era la peor cara del gobierno, nacional e internacionalmente. Había flancos de sobra por dónde reclamarle.

Sin embargo, aún nadie debe cantar victoria porque como dice el dicho popular: “No es lo mismo verla venir, que llevarla acuestas”.