Carlos Girón
La austeridad, como la caridad, es algo que debería comenzar por casa. Es una tontería andar predicándole a otros que se aprieten el cincho, que sean austeros, si en lo particular soy un manirroto, un derrochador. Y esto sería censurable aun cuando lo derrochado fuera mío, no digamos si fuera ajeno. Por ejemplo, los bienes, los dineros del pueblo.
Y, ¿no es esto lo que hace el Presidente Saca?
Al venirse encima la crisis económica que desde hacía rato se barruntaba y dejaba sentir, Saca le pidió a la población austeridad. Pero, ¿qué hace él? Seguir con la dilapidación de los recursos del Estado, que son bienes de la población. Él ha seguido con su megalomanía que comenzó desde el primer día de su gobierno. Derrocha miles de dólares diariamente en esa insoportable propaganda por la radio, la televisión y los medios impresos, vanagloriándose a bombo y platillo por lo que hace dentro de sus atribuciones como gobernante. Es de lo más ofensivo su slogan de “Gobierno en acción”. ¿Qué no para eso le pagamos los contribuyentes, pues? ¿Qué no es para que trabaje? Nosotros no le pagamos para que ande en la viajadera para acá y para allá fuera del país también haciéndose propaganda.
Acá mantiene esa insoportable e insufrible propaganda como gobernante y como dirigente (tras bambalinas, como los otros) del COENA. Él y el presidenciable están botando plata que es maravilla promoviéndose y pregonando a los cuatro vientos lo que han hecho y lo que piensan hacer. Aunque están al margen de la ley, se dedican prematuramente a la propaganda partidista que ya aburre y cae tan mal.
El “Gobierno en acción” obliga a la gente (como a mí) a apagar inmediatamente la radio cuando viene uno de esos anuncios. O la televisión cuando Saca aparece tuteando a la gente del pueblo contándole todo lo que ha hecho para que se lo agradezcan. Pareciera que anduviera tras la reelección en el cargo. Y no muestra la menor humildad.
Sin el menor asomo de austeridad, el Gobierno bota el dinero no sólo para engrandecer la efigie presidencial; también la de la Primera Dama. Cierto que es una mujer bonita y agradable, y que hace buena labor, pero no hay necesidad en tiempos de austeridad de gastar en gigantescas vallas en muchos lugares públicos y en los medios impresos, resaltando lo que ella hace. Lo bueno que se realiza, entre más meritorio, más debe mantenerse en silencio. No hay que parecerse a la gallina cuando pone un huevo.
He oído comentarios aquí y allá sobre todo lo bueno que podría hacerse con la fortuna que se derrocha en la propaganda presidencial y la gubernamental en general. Ese dinero derrochado en los cinco años del actual gobierno sería suficiente para construir un nuevo hospital bien equipado, o dotar de pupitres nuevos a muchas escuelas en el país que no los tienen o los tienen desvencijados.
La gente no recuerda otro gobernante anterior que haya demostrado tanta pasión por promover su nombre y su imagen. Que fuera tan narcisista. El pueblo quedará con náuseas, empachado de tanta muestra de egocentrismo desbordado.
Por supuesto que la antipatía que ello genera se revierte en su partido, ARENA, y quizá nadie allí adentro ha caído en la cuenta de que eso ha contribuido a la grave declinación del prestigio del partido, aparte de las otras causas como fue la dolarización de la moneda, que trajo aparejado ipso facto el encarecimiento del costo de la vida, que cada vez se eleva como globo a la estratósfera.
El Ministro de Hacienda recomendó hace poco que en cuanto a los productos de la canasta básica todos buscáramos sustitutos. La gente se rió y preguntó: ¿con qué se pueden sustituir los huevos? ¿Con mangos? ¿Y los frijoles y el arroz? ¿Con zacate y paja? ¿Y las tortillas y el pan francés? ¿Con raíces de árboles?
La realidad es que antes que el gobierno recomendara austeridad a la población, ésta ya se había visto forzada a practicarla desde hace mucho tiempo, principalmente después de la malhadada dolarización, particularmente las familias de escasos recursos.
Por eso el pueblo dice: Bueno, ¿y Saca cuándo comenzará con la austeridad suspendiendo su campaña de imagen que le cuesta millones de dólares al pueblo y que ha beneficiado sólo a los publicistas y medios? También dice que una verdadera demostración de austeridad sería que deje de seguir enviando a Irak contingentes de soldados —que igualmente nos cuesta una millonada a nosotros los contribuyentes—, a librar una guerra ajena y estúpida, aparte de la pérdida de vidas de soldados que ya se ha tenido en aquella remota, martirizada y saqueada Nación.
[Ver original]
La austeridad, como la caridad, es algo que debería comenzar por casa. Es una tontería andar predicándole a otros que se aprieten el cincho, que sean austeros, si en lo particular soy un manirroto, un derrochador. Y esto sería censurable aun cuando lo derrochado fuera mío, no digamos si fuera ajeno. Por ejemplo, los bienes, los dineros del pueblo.
Y, ¿no es esto lo que hace el Presidente Saca?
Al venirse encima la crisis económica que desde hacía rato se barruntaba y dejaba sentir, Saca le pidió a la población austeridad. Pero, ¿qué hace él? Seguir con la dilapidación de los recursos del Estado, que son bienes de la población. Él ha seguido con su megalomanía que comenzó desde el primer día de su gobierno. Derrocha miles de dólares diariamente en esa insoportable propaganda por la radio, la televisión y los medios impresos, vanagloriándose a bombo y platillo por lo que hace dentro de sus atribuciones como gobernante. Es de lo más ofensivo su slogan de “Gobierno en acción”. ¿Qué no para eso le pagamos los contribuyentes, pues? ¿Qué no es para que trabaje? Nosotros no le pagamos para que ande en la viajadera para acá y para allá fuera del país también haciéndose propaganda.
Acá mantiene esa insoportable e insufrible propaganda como gobernante y como dirigente (tras bambalinas, como los otros) del COENA. Él y el presidenciable están botando plata que es maravilla promoviéndose y pregonando a los cuatro vientos lo que han hecho y lo que piensan hacer. Aunque están al margen de la ley, se dedican prematuramente a la propaganda partidista que ya aburre y cae tan mal.
El “Gobierno en acción” obliga a la gente (como a mí) a apagar inmediatamente la radio cuando viene uno de esos anuncios. O la televisión cuando Saca aparece tuteando a la gente del pueblo contándole todo lo que ha hecho para que se lo agradezcan. Pareciera que anduviera tras la reelección en el cargo. Y no muestra la menor humildad.
Sin el menor asomo de austeridad, el Gobierno bota el dinero no sólo para engrandecer la efigie presidencial; también la de la Primera Dama. Cierto que es una mujer bonita y agradable, y que hace buena labor, pero no hay necesidad en tiempos de austeridad de gastar en gigantescas vallas en muchos lugares públicos y en los medios impresos, resaltando lo que ella hace. Lo bueno que se realiza, entre más meritorio, más debe mantenerse en silencio. No hay que parecerse a la gallina cuando pone un huevo.
He oído comentarios aquí y allá sobre todo lo bueno que podría hacerse con la fortuna que se derrocha en la propaganda presidencial y la gubernamental en general. Ese dinero derrochado en los cinco años del actual gobierno sería suficiente para construir un nuevo hospital bien equipado, o dotar de pupitres nuevos a muchas escuelas en el país que no los tienen o los tienen desvencijados.
La gente no recuerda otro gobernante anterior que haya demostrado tanta pasión por promover su nombre y su imagen. Que fuera tan narcisista. El pueblo quedará con náuseas, empachado de tanta muestra de egocentrismo desbordado.
Por supuesto que la antipatía que ello genera se revierte en su partido, ARENA, y quizá nadie allí adentro ha caído en la cuenta de que eso ha contribuido a la grave declinación del prestigio del partido, aparte de las otras causas como fue la dolarización de la moneda, que trajo aparejado ipso facto el encarecimiento del costo de la vida, que cada vez se eleva como globo a la estratósfera.
El Ministro de Hacienda recomendó hace poco que en cuanto a los productos de la canasta básica todos buscáramos sustitutos. La gente se rió y preguntó: ¿con qué se pueden sustituir los huevos? ¿Con mangos? ¿Y los frijoles y el arroz? ¿Con zacate y paja? ¿Y las tortillas y el pan francés? ¿Con raíces de árboles?
La realidad es que antes que el gobierno recomendara austeridad a la población, ésta ya se había visto forzada a practicarla desde hace mucho tiempo, principalmente después de la malhadada dolarización, particularmente las familias de escasos recursos.
Por eso el pueblo dice: Bueno, ¿y Saca cuándo comenzará con la austeridad suspendiendo su campaña de imagen que le cuesta millones de dólares al pueblo y que ha beneficiado sólo a los publicistas y medios? También dice que una verdadera demostración de austeridad sería que deje de seguir enviando a Irak contingentes de soldados —que igualmente nos cuesta una millonada a nosotros los contribuyentes—, a librar una guerra ajena y estúpida, aparte de la pérdida de vidas de soldados que ya se ha tenido en aquella remota, martirizada y saqueada Nación.
[Ver original]
3 comentarios:
MIL NOVECIENTOS TREINTA DOLARES POR 30 SEGUNDOS DE SENTIDO HUMANO EN LA TELEVISION..... !!!! A ESO LE LLAMAN AUSTERIDAD JA JA JA JA.. (no sé por qué me rio, cuando debería de llorar... su días están contados)
... Lo obvio es obvio! Aunque los gatos de Arena como Narigón/Nelsons/Otrosporhay! "intenten" esconder/proteger/ensalzar y publicitar al gobierno Arenaxzi, ni aunque venga el Superpan salvadoreño de Murray-Meza, y como decía un chero: Por gusto! PG.
Atte,
Ciudadano Salvadoreño.
La "crítica" del narigón NO es una corriente seria. NO posee un análisis o crítica documentada, basado en algo concreto o digno de hecharle un vistazo. El o Ella se basa en puro "chambre" nacional gestionado por el mismo grupo oligarca que lo manipula y le hace creer que son ciertas las razones por la cuales estamos "jodidos." Y que además ELLOS (los oligarcas) NO tienen NADA que ver en el asunto.
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